MANTENTE EN FORMA DURANTE EL EMBARAZO

Realizar una actividad física adecuada durante los nueve meses de embarazo es muy recomendable. Ayuda a que durante la gestación se “prepare” al cuerpo y sus músculos para el esfuerzo que supondrá el parto con su consecuente recuperación posterior y, al mismo tiempo, se mantenga la mayor agilidad posible.
¿POR QUÉ ES BENEFICIOSO HACER EJERCICIOS EN LA PISCINA?
Practicar ejercicios en la piscina para embarazadas se convierte en una opción muy recomendada por los expertos, ya que se basan en actividades respiratorias y musculares muy beneficiosas para ese estado:
– Permite liberar las articulaciones
– Mejora el sistema cardiorespiratorio
– Relaja zonas sometidas a mucha carga durante la gestación.
– Tonifica los músculos de todo el cuerpo
– Ayuda a controlar el peso y a no perder agilidad
Sin embargo, antes de comenzar a realizar ejercicios debes tener en cuenta algunas consideraciones:
– Consulta antes a tu ginecólogo. Debes estar segura que no corres riesgo, ni tú ni el bebé.
– Es conveniente que hagas estos ejercicios a partir del segundo trimestre y hasta los 8 meses de gestación. Aun así, el especialista te sabrá decir si debes seguir alguna indicación concreta.
– No te fatigues y estate atenta a cómo reacciona tu cuerpo frente a la actividad física. Si notas que te cansas demasiado, te mareas, o tus pulsaciones se aceleran, consulta a tu médico y deja de hacer ejercicio inmediatamente.
EJERCICIOS DE PISCINA PARA EMBARAZADAS:
Zona perineal y piernas
– Pon las plantas de los pies apoyadas en la pared de la piscina, cerca de las manos, también colocadas en el bordillo. Flexiona las piernas y vuelve a estirarlas.
– Coloca una pelota entre tus muslos, aprieta durante cinco segundos y suelta. Repítelo varias veces. Puedes realizar este ejercicio quieta o tratando de caminar dentro del agua.
Brazos y pectorales
– Ponte boca arriba y colócate en el cuello y en las piernas un churro acuático para ayudarte. Realiza movimientos circulares con las piernas y brazos e intenta mantenerte a flote.
– Ponte de pie con el agua a la altura del cuello. Con los brazos en cruz, llévalos hacia delante hasta que las palmas se toquen. Ahora, haz lo mismo pero hacia atrás.
Para relajarse
– Flotación dorsal: ayúdate de un par de churros acuáticos bajo el cuello y las piernas y ponte boca arriba. ¡Déjate llevar!
– Posición fetal: coge tus piernas y dobla las rodillas contra ti. Aguanta la respiración lo que puedas más cómodamente y relájate.
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